A Dios por razón de estado (Pedro Calderón de la Barca) Libros Clásicos

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tan ira vuestra seré,
que sea como un desmayo,
relámpago, trueno y rayo,
Pablo de esa nueva fe.
(Quédase como suspenso y que habla consigo.)
SINAGOGA Así lo creo de ti.
PABLO Dame los brazos y adiós.
INGENIO Ya se despiden los dos.
PENSAMIENTO ¿No es Pablo tu amigo?
INGENIO Sí.
PENSAMIENTO Llega a hablarle, quizá aquí
buen padrino en él tendrás.
INGENIO ¿Pablo?
PABLO ¿Ingenio?
INGENIO ¿Dónde vas?
PABLO No puedo en el fin que sigo
detenerme a hablar contigo;
otro día lo sabrás.
INGENIO ¿Pues así al Ingenio dejas,
que amigo tan tuyo fue?
PABLO Otra vez satisfaré
con más espacio a tus quejas.
INGENIO Mira que de quien te alejas
soy yo.
PABLO Ya lo veo, mas hoy
déjame, Ingenio, que voy
tan veloz que hacer quisiera
que mi pensamiento fuera
mi caballo.
PENSAMIENTO Yo lo soy,
pues bruto es el Pensamiento
de quien el Ingenio va
atrás dejándose.
INGENIO Ya.
Que huye mi conocimiento
sin él a ella haberla intento;
mas, ¡ay!, que al mirarla, ¡asombra!
Sinagoga.
SINAGOGA ¿Quién me nombra?
(Vuelve con espanto.)
INGENIO El Ingenio soy. ¿De qué
temes?
SINAGOGA Cualquier sombra fue
hoy de mi cadáver sombra,
según hoy del Sabaot,
la ira introduce cruel
la confusión de Babel
en el pueblo de Nembrot.
Los sueños son de Beemot
cuantos padece mi pena,
y ya que a mí me enajena
de mí, mi discurso, di
si Ingenio eres, ya que aquí
llegaste, que causa ordena,
o por decirlo mejor
desordena, tierra y cielo,
que desde el pasado hielo
de aquel súbito temblor,
que cubrió el mundo de horror,
en mí no he vuelto, y así
tú, si lo sabes, me di,
¿qué se hizo el día aquel día?
INGENIO A eso también yo venía.
SINAGOGA ¿A qué?
INGENIO A preguntarte a ti;
pero ya que me has ganado

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