Página 34 de 54
CÉSAR: Si pregunta lo que es,
mira, por Dios, lo que dices,
no haya desmayo otra vez.
ALEJANDRO: César, papeles quedaron
por despachar desde ayer.
LÁZARO: ¿No lo dije yo? ¿Mas que hay
otra ocupación?
CÉSAR: No fue
vano mi temor.
ALEJANDRO: Ahora
puedes mirarlos, y ven
con ellos luego.
CÉSAR: Eso sí,
luego al instante vendré.
(Que pues tú me dejas ir, Aparte
en este día he de ver
cómo me puede quitar
la Fortuna tanto bien.)
Vanse don CÉSAR y LAZARO
ALEJANDRO: Deseando que se fuera
estaba, para saber
qué ha sucedido.
ARIAS: Señor,
lo que sucedió no sé,
aunque Félix le halló en casa.
Sólo sé que dio el papel,
y que le trajo respuesta.
ALEJANDRO: ¿Hasle leído?
ARIAS: También.
ALEJANDRO: ¿Qué le escribe?
ARIAS: Que le espera.
ALEJANDRO: ¿Hay fortuna más crüel?
Lo mismo que ha de matarme
es lo que quiero saber.
¿Dónde?
ARIAS: En su quinta esta tarde.
ALEJANDRO: ¿Ya cómo le estorbaré
esta ocasión, si yo mismo
le di licencia y se fue?
¿Qué haré, don Arias?
ARIAS: Señor,
dando alguna causa, ve
a su quinta; y como en ella
toda aquesta tarde estés,
no tendrá lugar de hablarle.
ALEJANDRO: Bien dices; pero no es
noble acción, que para mí
quite a ninguno su bien.
Con más sutil invención
el estorbarle ha de ser.
ARIAS: Félix viene aquí.
ALEJANDRO: Pues vete;
déjame solo con él.
Vase don ARIAS. Sale don FÉLIX
Don Félix, mucho me huelgo
de que hayas venido.
FÉLIX: ¿En qué
te sirvo, señor?
ALEJANDRO: Por mí
hoy una cosa has de hacer.
Sabrás que ha tenido César
un gran disgusto; ya ves
lo que le estimo.
FÉLIX: Señor,
también el disgusto sé.
ALEJANDRO: (Siempre éste fue lisonjero. Aparte
¿Hay cosa como saber