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¿no hiciera, señor, muy bien
en pedirlo?
LEONARDO: ¿Quién lo niega?
LUIS: Y si aqueste tal a quien
lo pidiese no lo diese,
¿no hiciera también muy bien
en tomarlo?
LEONARDO: Claro está.
LUIS: Pues si está claro, sabed
que soy Luis Pérez, que vivo
de la manera que veis,
y que os pido socorráis
mi desdicha. Ahora ved
en qué obligación estoy,
si vos, señor, no lo hacéis.
LEONARDO: Para que os socorra yo,
Luis Pérez, no es menester
convencerme con razones;
porque soy hombre que sé
lo que son necesidades.
Si esta cadena no es
bastante para las vuestras,
palabra os doy de volver
con mi hacienda a socorreros.
LUIS: Noble en todo parecéis.
Mas antes, señor, que tome
la cadena, he de saber
si me la dais por temor,
ahora que solo os veis
en el campo.
LEONARDO: No os la doy,
Luis Pérez, sino por ver
vuestra desdicha; y lo mismo
hiciera ahora, a tener
un escuadrón de mi parte.
LUIS: Con eso la tomaré;
que de mí no ha de decirse
que cosa ruin intenté;
pues, cuando llegue a costarme
la vida el rigor crüel
de mi estrella y mi destino,
consolado moriré
con que la fama dirá,
"Esta la justicia es
que manda hacer la Fortuna
a éste, por hombre de bien."
LEONARDO: ¿Mandáis otra cosa?
LUIS: No.
LEONARDO: Luis Pérez, el cielo os dé
la libertad que deseo.
LUIS: Acompañándoos iré,
hasta salir de este monte.
LEONARDO: Amigo, no hay para qué.
Vase
MANUEL: Bueno es querer reducir
a estilo noble y cortés
el hurtar.
LUIS: Esto es pedir,
no es hurtar.
MANUEL: Quien llega a ver
dos hombres de esta manera
pidiendo limosna, ¿es bien
se la nieguen?
Salen VILLANO 1 y VILLANO 2
VILLANO 1: He comprado,