Página 16 de 59
y es...
BASILIO: No te aflijas, Clotaldo;
si otro día hubiera sido,
confieso que lo sintiera;
pero ya el secreto he dicho,
y no importa que él los sepa,
supuesto que yo lo digo.
Vedme después, porque tengo
muchas cosas que advertiros
y muchas que hagáis por mí;
que habéis de ser, os aviso,
instrumento del mayor
suceso que el mundo ha visto;
y a esos presos, porque al fin
no presumáis que castigo
descuidos vuestros, perdono.
Vase el rey BASILIO
CLOTALDO: ¡Vivas, gran señor, mil siglos!
(Mejoró el cielo la suerte. Aparte
Ya no diré que es mi hijo,
pues que lo puedo excusar).
Extranjeros peregrinos,
libres estáis.
ROSAURA: Tus pies beso
mil veces.
CLARÍN: Y yo los piso,
que una letra más o menos
no reparan dos amigos.
ROSAURA: La vida, señor, me das dado;
y pues a tu cuenta vivo,
eternamente seré
esclavo tuyo.
CLOTALDO: No ha sido
vida la que yo te he dado;
porque un hombre bien nacido,
si está agraviado, no vive;
y supuesto que has venido
a vengarte de un agravio,
según tú propio me has dicho,
no te he dado vida yo,
porque tú no la has traído;
que vida infame no es vida.
(Bien con aquesto le animo). Aparte
ROSAURA: Confieso que no la tengo,
aunque de ti la recibo;
pero yo con la venganza
dejaré mi honor tan limpio,
que pueda mi vida luego,
atropellando peligros,
parecer dádiva tuya.
CLOTALDO: Toma el acero bruñido
que trujiste; que yo sé
que él baste, en sangre teñido
de tu enemigo, a vengarte;
porque acero que fue mío
--digo este instante, este rato
que en mi poder le he tenido--,
sabrá vengarte.
ROSAURA: En tu nombre
segunda vez me le ciño.
Y en él juro mi venganza,
aunque fuese mi enemigo