El Médico Moreno (Arthur Conan Doyle) Libros Clásicos

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Cuando la defensa presentó a su primer testigo, y éste resultó ser Miss Frances Morton, hermana del acusado, se produjo entre la concurrencia una profunda sensación. Mis lectores recordarán que esta señorita estaba comprometida para casarse con el doctor Lana y que la opinión general era la indignación del acusado por el súbito rompimiento del compromiso había sido lo que le arrastró a perpetrar el crimen. Sin embargo, para nada se había mencionado ni complicado en el caso a Miss Morton, ni durante la investigación ni durante la preparación del proceso, por lo que su comparecencia como testigo principal de la defensa produjo sorpresa entre le público.
Miss Frances Morton, joven, alta, esbelta, de cabellos negros, hizo su declaración en voz baja, pero bien clara. Era evidente, sin embargo, que estaba dominada por una gran emoción. Hizo referencia a su compromiso matrimonial con el médico; aludió brevemente a su rompimiento que, según aseguro, fue debido a razones de índole personal relacionadas con la familia de aquel y sorprendió al tribunal afirmando que siempre la había parecido el resentimiento de su hermano alto de razón e intemperante. Contestando a una pregunta directa del defensor, afirmó que ella no se creía victima de ningún agravio y que, en su opinión, la manera de conducirse del doctor Lana había sido completamente honrosa. Su hermano, movido de un conocimiento incompleto de la realidad, había sido de otra opinión y ella no tenía más remedio que reconocer que, a pesar de las súplicas suyas, había proferido amenazas de recurrir a la violencia personal contra el doctor y que la noche de la tragedia anunció que tenía el propósito de arreglar cuentas con él. Ella hizo cuanto estuvo en su mano para que adoptase una actitud más razonable, pero su hermano era muy terco cuando se dejaba llevar de sus sentimientos o de sus perjuicios.
Las declaraciones de la joven parecieron, hasta ese momento, perjudicar más bien que favorecer al acusado. Sin embargo, el defensor pasó a plantearle algunas preguntas que arrojaron sobre el caso una luz muy distinta, poniendo al descubierto una maniobra inesperada de la defensa.
Mr. Humphrey: -¿Le cree usted a su hermano culpable de este crimen
El Juez: -No puedo permitir esa pregunta, Mister Humphrey. Estamos aquí para tratar de hechos, no de opiniones.
Mr. Humphrey:-¿Sabe usted que su hermano no es culpable de la muerte del doctor Lana?

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