Página 124 de 229
-No te digo que vayas solo; hay alguien que está dispuesto a ir contigo a cualquier parte del mundo.
¿Quién es? -respondió el chico. -Pues yo, hijo.
Laurie se volvió de pronto diciendo con voz bronca:
-Gracias, abuelo, soy un bruto y un egoísta... Pero, tú sabes, yo...
-¡Naturalmente que lo sé! ... Como que he pasado por todo eso en mis años mozos y después, de nuevo, con tu padre... Siéntate tranquilo, muchacho, y escucha mi proyecto continuó el señor Laurence tomando al joven por el brazo como si temiera que se le fuese a escapar, igual que su padre.
-¿De qué se trata, abuelo? -dijo Laurie, sin el menor asomo de interés en el rostro ni en la voz.
-Hay un asunto mío en Londres que necesita atención inmediata. Tenía interés de que lo atendieses tú, pero es mejor que lo haga yo, y aquí las cosas van a anda, muy bien con Brooke al frente.
-Pero tú odias viajar, abuelo. No puedo pedirte que hagas ese sacrificio a tu edad -objetó Laurie, que aunque agradecido por la generosidad del anciano prefería infinitamente ir solo, si por fin se iba.
El señor sabía aquello muy bien, y era precisamente lo que quería evitar, pues en el estado anímico en que estaba su nieto no convenía ni era prudente dejarlo librado a sus propios medios. Así, pues, ahogando un suspiro de pesar al pensar en las comodidades de su casa, que forzosamente debía abandonar, dijo con resolución:
-¡Bendito Dios! Todavía no estoy imposibilitado. muhacho; me gusta la idea de viajar contigo. Me va a hacer bien porque hoy día viajar es tan fácil como sentarse en un sillón. Un movimiento inquieto de Laurie sugirió al anciano que el muchacho no encontraba nada cómodo su sillón, o simplemente que no le gustaba el proyecto. Eso le impulsó a agregar:
-No creas que voy a ser para ti ningún aguafiestas ni ninguna carga. Voy únicamente porque creo que vas a estar más tranquilo que si me quedara solo aquí, pero no creas que pienso andar callejeando contigo por ahí, sino que te dejaré en completa libertad para que vayas donde gustes, mientras yo me divierto a mi manera. Tengo amigos en Londres y en París. Entretanto, puedes irte a Italia, a Alemania y a Suiza, donde te plazca, y disfrutarás de los paisajes, las pinturas, la música y toda clase de aventuras que se te presenten.