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-¡Oh, Beth! ¡Y no me dijiste nada! ¡No me dejaste que te consolara y te ayudara!...
La voz de Jo estaba" llena de tierno reproche y le dolía el corazón al pensar en la lucha solitaria que debió sufrir su hermana cuando se convenció de que debía despedirse de la salud, del amor y de la vida y alzar a cuestas su cruz. ¡Y qué animosa que se había mostrado la pobrecita en aquel trance! ...
-Quizá estuve mal, pero al fin de cuentas no estaba segura de mis temores, y como nadie decía nada llegué hasta esperar que me equivocaba. Hubiese sido un egoísmo de mi parte asustarlos a todos cuando mamá estaba tan inquieta por Meg y con Amy tan lejos y tú tan feliz con Laurie...
-¡Y yo que creí que lo querías tú!... ¿Sabes que me marché a Nueva York precisamente porque me era imposible enamorarme de él? -dijo Jo, contenta de que todo se aclarase por fin entre las dos.
Beth se quedó tan pasmada con aquella idea fantástica de Jo que ésta sonrió a pesar de su dolor por Beth.
-¿Así que no lo querías, eh? -agregó Jo con suavidad.
-Pero, Jo, ¿cómo podía enamorarse de Laurie cuando sabía lo que te quería él a ti? preguntó Beth, con la inocencia de un niño-. Lo quiero, naturalmente, y mucho; ¿cómo podría ser de otro modo con lo bonísimo que es siempre conmigo? Pero nunca podría ser para mí
otra cosa que un hermano, y espero que en realidad lo será algún día.
-No por parte mía, con toda seguridad -dijo Jo con tono decidido-. Le queda Amy, y son a propósito el uno para el otro, pero ahora no tengo espíritu para esas cosas. No me importa lo que le pase a nadie más que a ti, Beth, querida, ¡te tienes que mejorar!...
-Bien que lo deseo, Jo, ¡no sabes cómo! Trato de hacerlo, pero cada día parece que pierdo algo y me siento más segura de que nunca lo voy a recuperar. Es como la marea, Jo; cuando empieza a retirarse lo hace lentamente, pero es imposible detenerla.
-Pues la detendremos. Tu marea no puede retirarse tan pronto. Tienes diecinueve años, Beth querida, y no puedo dejarte marchar tan pronto... ¡Voy a empeñarme y a rezar tanto! Lucharé hasta que logre retenerte; verás como lo consigo.