Historia de la Conquista del Perú y de Pizarro (Henri Lebrún) Libros Clásicos

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aquella circunstancia la pérfida doblez de que había dado hasta entonces
tantas pruebas. Algunos amigos de su confianza le aconsejaban que mandase
prender a Alvarado y le enviase a España sin pagarle la suma convenida.
Lejos de seguir este parecer, el gobernador no tan sólo pagó a Alvarado
los cien mil pesos prometidos, sino que le dio veinte mil más para los
gastos de su viaje. Los dos caudillos pasaron juntos algunos días, como
antiguos camaradas, hablando de sus peligros pasados y de sus esperanzas
para lo porvenir, y separáronse haciéndose las más vivas protestas de
amistad. Alvarado regresó a Guatemala, Pizarro se quedó en Pachacamac con
la idea de establecer el asiento del gobierno en aquella costa. Cuzco en
efecto, antigua residencia de los incas, estaba situado en un rincón del
imperio, a más de cuatrocientas millas del mar, y a más distancia aun de
Quito. Fuera de estas dos poblaciones no había en el Perú ningún otro
establecimiento que mereciera el nombre de ciudad y que pudiese determinar
a los españoles a fijar en él su morada. [86]
Recorriendo el país quedó Pizarro prendado de la belleza y fertilidad
del valle de Rimac, y resolvió establecer en él la capital de su gobierno,
en las riberas de un pequeño río del mismo nombre del valle que riega, a
seis millas de Callao, ensenada la más cómoda del Pacífico. Diole el
nombre de Ciudad de los Reyes, porque puso su primera piedra el día en que
celebra la Iglesia la fiesta de la Epifanía (enero de 1535). Mientras que
el Perú perteneció a España se conservó este nombre en los actos públicos;
pero la ciudad es más conocida por el de Lima, que será el que le daremos
en el curso de nuestra historia. Eleváronse con tanta rapidez los
edificios de la nueva ciudad, que tomó pronto un aspecto imponente: el
palacio magnífico que Pizarro había mandado construir para él y las
soberbias casas destinadas a sus principales oficiales, parecían anunciar
desde entonces el alto puesto de grandeza a que debía llegar un día
aquella población.
Antes de esta época habíase recibido la noticia de la llegada de
Fernando Pizarro a España. La inmensa cantidad de oro y plata que traía

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