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..er de un hachazo.
Gente de avería, que aguardan crüeles brutales recuerdos en los costurones que dejará el tajo, sumisos y fieles, le siguen y adulan imberbes matones.
Aunque le ocasiona muchos malos ratos, en las elecciones es un caudillejo que por el buen nombre de los candidatos en los peores trances expone el pellejo...
Pronto a la pelea -pasión del cuchillo que ilustra las manos por el mutiladas-su pieza, amenaza de algún conventillo, es una academia de ágiles visteadas.
Porque en sus impulsos de alma pendenciera desprecia el peligro sereno y bizarro, ¡para el la vida no vale siquiera la sola pitada de un triste cigarro!...
...Y allá va pasando con aire altanero, luciendo las prendas de su gallardía, procaz e insolente como un mosquetero que tiene en su guardia la chusma bravía.
Detrás del mostrador
Ayer la vi, al pasar, en la taberna, detrás del mostrador, como una estatua... Vaso de carne juvenil que atrae a los borrachos con su hermosa cara.
Azucena regada con ajenjo, surgida en el ambiente de la crápula, florece, como muchas, en el vicio perfumando ese búcaro de miasmas.
¡Canción de esclavitud! Belleza triste, belleza de hospital, ya dipsecada quien sabe porque mano que la empuja, casi siempre, hasta el sitio de la infamia...
Y pasa sin dolor, así, inconsciente, su vida material de carne esclava: ¡copa de invitaciones y de olvido sobre el hastiado bebedor volcada!
El amacijo
en la rueda insolente del compadraje.
-Hoy, como ayer, la causa del amacijo es, acaso, la misma que le obligara hace poco, a imponerse con un barbijo que enrojeció un recuerdo sobre la cara-