Página 35 de 56
le he dado la puerta franca.
¿Qué he de hacer?)
VIOLANTE: (Temiendo estoy Aparte
no suceda una desgracia.)
Dentro ruido de espadas y dicen don LOPE y don GUILLÉN
GUILLÉN: ¡De esta suerte se castigan,
traidor, amistades falsas!
LOPE HIJO: Sobre celos no hay traiciones.
LOPE PADRE: ¿Qué es aquello?
Salen ELVIRA y BEATRIZ
ELVIRA: Cuchilladas
en la calle.
BEATRIZ: Mi señor
es el que riñe. ¿Qué aguardas?
Corre, señor; que es tu hijo.
LOPE PADRE: Ya, Blanca, yo me espantaba
que estuviese quieto un día.
Présteme el amor sus alas,
aunque en mi vida a sus cosas
he ido de tan mala gana.
Vanse. Salen don GUILLÉN y don LOPE HIJO
riñendo, otros metiendo paz, VICENTE y don LOPE
PADRE
LOPE PADRE: ¡Tente, Lope! ¡Don Guillén!
UNO: Ya que a este tiempo llegamos,
ved que de por medio estamos.
GUILLÉN: ¡Falso amigo!
LOPE HIJO: El falso es quien...
LOPE PADRE: ¿Cómo, habiendo yo llegado,
bárbaro, no te detienes?
LOPE HIJO: Por ver que a quitarme vienes
el honor que no me has dado.
LOPE PADRE: Lo menos, pluguiera a Dios,
tuvieras del que te di.
Y pues mis canas aquí
mi hijo no respeta, vos
lo haced, señor don Guillén;
porque hallar en vos colijo
más respeto que en mi hijo.
GUILLÉN: Y habéis colegido bien;
que esas canas respetando
a un tiempo, con los aceros
de aquestos dos caballeros
me reportaré, dejando
la causa que me ha movido
a más secreto lugar.
LOPE HIJO: Eso es querer disfrazar
el temor que me has tenido.
GUILLÉN: ¿Yo temor?
Vuelven a reñir
LOPE PADRE: ¡Bárbaro, loco!
¿Cómo, viendo al llegar yo
cuánto él me respetó,
tú me respetas tan poco?
¡Vive Dios, de hacerte aquí
que de mi valor te espantes!