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MEDUSA Ya sé que fue la gran Naturaleza. 370
DEMONIO -ocasión al despecho, que hasta hoy lloro.
MEDUSA Lo rencorioso de tu amor no ignoro.
DEMONIO Y lleno de temores y recelos-
MEDUSA También sé lo rabioso de tus celos.
DEMONIO -sentí al instante el fuego que en mí lidia. 375
MEDUSA Ya conozco el veneno de tu envidia.
DEMONIO Y en fin, perdí la acción en lid tan dura,-
MEDUSA El bien, la luz, la gracia y la hermosura.
DEMONIO -quedando de mi patria desterrado-
MEDUSA -a perpetuas tinieblas condenado. 380
Hasta aquí sé de tus desdichas graves.
DEMONIO Pues oye desde aquí lo que no sabes.
Ese bellísimo encanto,
ese bellísimo asombro
de la hermosura -a quien yo, 385
por no adorarla, la adoro,
usando en mí de los dos
afectos más poderosos,
más encontrados y opuestos,
pues son el amor y el odio-, 390
tan postrado, tan rendido,
tan sujeto, tan penoso
me tiene que, hasta que pueda
llamarla mía, dispongo
no perdonar al deseo 395
medio ninguno de todos
cuantos discurre un amante
y cuantos piensa un celoso.
Andrómeda la ha llamado
la voz de no sé qué tono 400
que hoy, en la tranquilidad
de su paz, compuso el ocio.
Con esta causa, porque,
viéndome marino monstruo,
su disfraz y mi disfraz 405
convengan el uno al otro,
embrión de las espumas
y de las ondas aborto,
salí a aqueste sitio, envuelto
en ovas, fuego, humo y polvo, 410
donde, siguiendo la línea
que tan a dos luces corro,
por empresa he de llevar
en el escudo del rostro
esculpido «Finis-Ero», 415
pues de sus dichas y gozos
he de ser fin; cuya letra
nombre me ha de dar famoso
de Fineo, pues Fineo
o «Finis-Ero» es lo proprio. 420
Ésta, pues, deidad humana,
hija de amasado lodo
en el Centro de la Tierra
-padre suyo- en un hermoso
jardín asistida vive 425
del siempre sagrado coro