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JUAN: (¡Qué amigo tan verdadero!) Aparte
ALONSO: (¡Qué amores tan enfadosos!) Aparte
"Sí me oyeron, no me oyeron."
¡Bien haya yo, que en mi vida
he enamorado con riesgo,
sino dama a todo trance,
sino moza a todo ruedo,
que a la primera visita
llamo recio y hablo recio!
Y el haber en mí o no haber
o temor o atrevimiento
no consiste en más razón
que haber o no haber dinero.
Vanse por una puerta y salen por otra
JUAN: Ésta es la calle. Porque
no nos vean, estaremos
en algún portal mejor.
Salen don LUIS y don DIEGO, y pasan quitándose los
sombreros
ALONSO: Decís bien; mas ¿quién son éstos
que parece que la casa
de Leonor miran atentos?
JUAN: Éste es un don Luis Osorio,
a quien muy continuo veo
en la calle aquestos días,
y ha dado, ¡viven los cielos!,
en cansarme.
ALONSO: Pues ¿hay más
de que también le cansemos
nosotros a él?
JUAN: Dejadle,
que no es de estas cosas tiempo.
Pasemos de largo, y no
demos qué decir.
ALONSO: Pasemos,
aunque con tantas figuras
pueda ser hombre.
Vanse don LUIS y don DIEGO
JUAN: [a MOSCATEL] Tú luego
darás la vuelta, y darás
el papel a Inés.
MOSCATEL: Me temo...
JUAN: No hay qué temer, que aquí estamos
a la vista. Éntrate presto.
Vanse don JUAN, MOSCATEL, y don ALONSO, y salen don LUIS y don
DIEGO
por
la otra puerta, mirando a las ventanas
LUIS: Ésta es la capaz esfera,
éste el abreviado cielo
de la más bella deidad
y del planeta más bello
que vio el sol desde que nace
en joven golfo de fuego
hasta que abrasado muere
en cana hoguera de hielo;
y con ser tal su hermosura,