Una guirnalda de flores (Louisa May Alcott) Libros Clásicos

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Jessie se puso tan colorada como su sombrero, y miró implorante a Fanny, mientras se escurría por una puerta de escape, y subía corriendo las escaleras, comprendiendo que pronto se darían cuenta de que era suya, ya que las otras muchachas llevaban botas rojas como parte de su vestido.
Fanny la interpretó; y aunque lenta y torpe de pies, tenía un corazón bondadoso, y quiso ahorrarle a su amiga la mortificación que una muchacha orgullosa no podía por menos de sufrir en aquel momento. La desdichada zapatilla volaba de mano en mano, según los niños se las tiraban unos a los otros, como en un juego de pelota, con el fin de hacer rabiar a las chicas, que se apresuraban a renegar de "aquella cosa horrible".
-¡Por favor, dádmela a mí! -exclamó Fanny, tratando de asirla, y alegre de ver que Jessie se había ido.
-No, tiene que venir Cenicienta a probársela. Aquí está el Príncipe dispuesto a ayudarle -exclamó el muchacho que había hallado la zapatilla.
-Y aquí hay muchas hermosas orgullosas dispuestas a cortarse los dedos de los pies con tal de poder ponerse una zapatilla tan chica -dijo otro joven magiar, muy divertido con aquel juego.
-Escuchadme, que voy a deciros una cosa. La zapatilla pertenece a Jessie Delano, que ha huido al darse cuenta de que la ha perdido. No debéis reíros de ella, porque ha gastado su zapatilla ayudándonos. Todos sabéis lo mal que lo está pasando, pero no sabéis lo valiente y paciente que es, tratando de ayudar a la pobre Laura, y de ganarse la vida. Le pedí que viniera a enseñarme, y le pagaré bien por haberlo hecho, pues de lo contrario no podrá tomar parte en la fiesta. Si vosotros os sentís tan agradecidos como yo hacia ella, y le tenéis igual lástima, podéis demostrarlo del modo que mejor os parezca, pues debe ser horrible ser pobre.
Fanny había hablado de prisa, y sus últimas y temblorosas palabras quedaron ahogadas por un golpe de tos, pues la muchacha estaba un poco asustada de lo que había hecho, siguiendo un impulso sincero, y los generosos corazones juveniles respondieron a él prontamente. La zapatilla vieja le fue devuelta en medio de muchas excusas, y diversas sugestiones pertinentes. Sin embargo, ninguna de ellas fue aceptada entonces, pues Fanny corrió a buscar a Jessie y a darle una oportunidad de que se fuera sin que la viesen.

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