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No quiero desobedecerla; pero, postrado a
15 Créese que es Rousseau, en el Emilio; pero la cita no es exacta, y la aplicación que hace Valmont es falsa de todo; además, ¿conocía la señora de Tourvel el Emilio?
sus pies, le reclamo la dicha que quiere robarme, la única que me había
negado: insto de nuevo; escuche mis ruegos, y vea correr mis lágrimas.
¡Ah, señora! ¿me lo negará usted?
En..., a 7 de setiembre de 17...
CARTA LIX
EL VIZCONDE DE VALMONT A LA MARQUESA DE MERTEUIL
Dígame, amiga mía, si lo sabe: ¿Qué significan todas estas lamentaciones de Danceny? ¿Qué ha sucedido? ¿Qué ha pasado? Tal vez su bella se ha enfadado, cansada al fin de su eterno respeto. Es menester ser justos, y creer que habría razón para enfadarse, aún con mucho menos. ¿Qué le diré esta noche en la cita que me ha pedido, y le he dado a todo riesgo? Seguramente no perderé mi tiempo en escuchar sus jeremiadas, y esto no debe conducir a nada. Los lamentos amorosos sólo pueden oírse en recitativo obligado y en arias de bravura. Infórmeme, pues, de lo que ocurre y de lo que yo deba hacer, o sino deserto, para evitar el fastidio que preveo. ¿Podré ver a usted esta mañana? Si está ocupada, escríbame una palabra, y deme la contraseña del papel que debo representar. ¿En dónde estaba usted ayer? No puedo encontrarla ya. Realmente esto no valía la pena de retenerme en París el mes de setiembre. Decídase, sin embargo, porque acabo de recibir un convite muy urgente de la condesa de B*** para que vaya a verla a su casa de campo; y me lo hace de un modo bien curioso, diciéndome: "mi marido posee el más hermoso monte del mundo, que conserva con el mayor cuidado para sus amigos", así es que tengo algún derecho sobre ese monte. Volveré pues a verle, si no puedo ser útil a usted por ahora.
Adiós, amiga mía; piense que Danceny debe venir a mi casa cerca de las cuatro.
En..., a 8 de setiembre de 17...
CARTA LX
EL CABALLERO DANCENY AL VIZCONDE DE VALMONT (Inclusa en la presedente.)
¡Ay! Amigo mío, estoy desesperado; he perdido todo; no me atrevo a confiar al papel el secreto de mis penas; pero tengo necesidad absoluta de depositarlas en el pecho de un amigo seguro y fiel.