Página 7 de 9
-Me sorprende una cosa -dijo-: el golpe en la cabeza. Creo que no debemos descartar la posibilidad de que su muerte fuese violenta, pero no veo que tengamos dato alguno en que basarnos. La alucinación o visión de miss Lemprière desde luego es interesante, pero no comprendo qué quiere que digamos.
-Indigestión y pura coincidencia -dijo Raymond-. De todas formas no puede estar segura de que fueran las mismas personas. Además, la maldición o lo que fuera solo podría afectar a los habitantes de Rathole.
-Yo tengo la impresión -dijo sir Henry- de que el siniestro pescador tiene algo que ver en esta historia, pero estoy de acuerdo con Mr. Petherick en que miss Lemprière nos ha dado pocos datos.
Joyce se volvió hacia el doctor Pender, que negó con la cabeza.
-Es una historia muy interesante -dijo-, pero estoy de acuerdo con sir Henry y Mr. Petherick en que son muy pocos los datos que nos ha dado.
Joyce miró a miss Marple, que le sonrió.
-Yo también considero que eres un poco tramposa, Joyce, querida -le dijo-. Claro que para mí es distinto. Quiero decir que nosotras, por ser mujeres, sabemos apreciar la importancia que tienen los vestidos y, por lo tanto, no creo que sea justo presentar un problema así a un hombre. Debió de cambiarse con inusitada rapidez. ¡Qué mujer más perversa! Y él es todavía peor.
Joyce la miraba con ojos muy abiertos.
-Tía Jane... -le dijo-... quiero decir miss Marple, creo que... me parece que ya sabe usted la verdad.
-Sí, querida -dijo miss Marple-. A mí, que estoy sentada tranquilamente, me ha resultado mucho más sencillo que a ti. Y eso que, por ser artista, eres muy sensible a tu entorno, ¿no es cierto? Sentada aquí con mi labor de punto, puedo ver los hechos con claridad. Las gotas de sangre cayeron desde el balcón, del traje de baño, ya que, al ser rojo, los mismos criminales no se dieron cuenta de que estaba manchado de sangre. ¡Pobrecilla, pobrecilla infeliz!
-Perdóneme, miss Marpie -intervino sir Henry-, pero usted sabe que sigo todavía en la más completa oscuridad. Usted y miss Lemprièe parecen saber de qué están hablando, pero nosotros los hombres seguimos ignorantes de todo.
-Ahora les contaré el final de la historia -dijo la joven-. Ocurrió un año más tarde. Yo me encontraba en un pueblecito de la costa pintando, cuando de pronto experimenté la extraña sensación de presenciar algo que ya había ocurrido antes.