Una ciudad flotante (Julio Verne) Libros Clásicos

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acuáticas que se habían posado en las vergas del Great-Eastern.
A las diez y media, después de haber remontado la niebla, apareció en el horizonte un
buque de hélice, a estribor. El extremo blanco de su chimenea indicaba que pertenecía a
la Compañía de Yuman, dedicada al transporte de emigrantes, de Liverpool a Nueva
York. Envió su número y pudimos ver que era el City of Limerik, de 1.600 toneladas y
256 caballos. Venía con retraso, pues había salido de Nueva York el sábado.
Antes del lunch, algunos pasajeros organizaron una especie de lotería que no podía
desagradar a aquellos aficionados a todo lo que es juego o lo parece. El resultado no
debía ser conocido hasta pasados cuatro días. Era lo que se llama la «rifa del práctico».
Sabido es que, cuando llega un buque a la entrada del puerto, un piloto, llamado
«práctico», sube a su bordo. Divídense las veinticuatro horas del día y de la noche en
cuarenta y ocho medias horas o en noventa y seis cuartos de hora, según el número de
jugadores; cada uno de éstos, a quien corresponde una hora determinada, pone un dólar;
se lleva el premio el jugador durante cuyo cuarto de hora o media hora pone el práctico el
pie en el buque. El juego es, como veis, poco complicado; no es una carrera de caballos,
sino de cuartos de hora.
El honorable canadiense MacAlpine tomó la dirección de la empresa. Reunió
fácilmente noventa jugadores, algunos del bello sexo, que no eran los menos aficionados
al juego. Seguí la corriente y di un dólar, tocándome en suerte el cuarto de hora número
64. Era un mal número, del cual no podía esperar provecho. En efecto, aquellas
subdivisiones de tiempo se contaban de un mediodía al siguiente; hay, pues, cuartos de
hora de día y de noche. Estos últimos valen poco, pues los buques no suelen aventurarse
por la noche a navegar cerca de los varaderos de los puertos, por cuyo motivo es muy
difícil que durante ellos se reciba práctico a bordo. Pero me consolé fácilmente.
Al bajar al salón, vi anunciada para aquella noche una lectura. El misionero del Utah
iba a hablar sobre el mormonismo. Buena ocasión para iniciarse en los misterio de la
Ciudad de los Santos.

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