Hamlet (William Shakespeare) Libros Clásicos

Página 46 de 93

pagarnos nosotros nuestras propias deudas.
Si nos proponemos algo con pasión,
veremos que muere pasado el ardor;
pues, cuando es violenta, la pena o la dicha
en sus propios actos se mata a sí misma.
Donde hay grande dicha, la pena más daña:
la dicha y la pena oscilan por nada.
El mundo es fugaz, y extrañar no debe
que nuestro amor mismo cambie con la suerte,
pues al juicio nuestro queda la cuestión:
si amor guía a fortuna o fortuna a amor.
Cuando el grande cae, sus íntimos huyen;
no tendrá enemigos el pobre que sube.
El amor, por tanto, sirve a la fortuna,
y para el pudiente amigos abundan;
pruebe a un falso amigo quien sufra escasez
y un gran enemigo pronto ha de tener.
Mas, para acabar donde he comenzado,
deseo y destino corren tan contrarios
que nuestros designios siempre se deshacen:
la intención es nuestra, mas no el desenlace.
Dices que no piensas casarte con otro;
morirá tu idea tras morir tu esposo.
ACTOR REINA
Ni frutos la tierra, ni luz me dé el cielo,
ni solaz el día, ni la noche el sueño.
¡Que todo contrario que enturbie la dicha
destruya los grandes deseos de mi vida!
¡Que aquí y más allá me acose la angustia
si vuelvo a casarme cuando yo sea viuda!
HAMLET
¡Como no lo cumpla...!
ACTOR REY
Solemne promesa. Y ahora déjame:
el sueño me vence y deseo distraer
el tiempo durmiendo.

Se duerme.

ACTOR REINA
Tu mente descanse,
y que la desgracia jamás nos separe.

Sale.

HAMLET
Señora, ¿qué os parece la obra?
REINA
Creo que la dama promete demasiado.
HAMLET
Mas cumplirá su palabra.
REY
¿Conoces el argumento? ¿No hay nada que ofenda?
HAMLET
No, no. Todo es simulado, incluso el veneno. No hay nada que ofenda.
REY
¿Cómo se llama la obra?
HAMLET
"La ratonera." ¿Que por qué? Es metafórico.

Página 46 de 93
 

Paginas:
Grupo de Paginas:       

Compartir:



Diccionario: