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secas orillas o playas, residuos de las sustancias que han tenido en
solución. A esa transformación ha debido haber contribuido los grandes
cataclismos, los grandes terremotos que en edades anteriores, cuando esas
cordilleras se hallaban cubiertas de tantos y tan activos volcanes, hoy
apoyadas en gran parte, han trabajado tanto esos territorios. Las aguas
han casi desaparecido; sólo han quedado sus sedimentos; estos se han
resecado; se han rajado en gran cantidad de trozos y en todas direcciones.
Los terremotos han elevado unos terrenos, han sumergido otros; esos
terrenos, donde han alcanzado las humedades, han producido planteles y
grandes árboles; se han formado los grandes bosques de algarrobos, que son
los primitivos Prosopis o Acacias del territorio Peruano; y esos hoy
áridos [209] y arenosos campos han sido verdes vergeles cubiertos de pasto
y arboledas; las momias de esta aún se hallan cubiertas de capas de arena.
Más tarde ha sobrevenido otra transformación. El terreno ha carecido
de la humedad necesaria para alimentar esos pastos y esos árboles; la
vegetación en casi su totalidad ha cesado; los árboles y arbustos casi por
completo se han secado; el excesivo calor los ha quebrantado y destrozado
están convertidos en seca leña, sus verdes hojas, sus ramas con polvo.
Esta es la época actual, la presente faz de esos campos; en ellos no se
ven hoy lagos o lagunas; las aguas subterráneas son las destiladas de las
cordilleras, son las conducidas por las quebradas, en las avenidas de la
Estación de aguas; quienes más tarde, ni esas aguas tanto escasas, se
hallaron en esos campos; cada año las aguas de las cordilleras son más