El abanico de Lady Windermere (Oscar Wilde) Libros Clásicos

Página 28 de 65


LADY WINDERMERE.- Tiene usted razón.... una
terrible razón... Pero ¿adónde volverme? Usted dije
que quería ser para mí un verdadero amigo, Lord
Darlington... Dígame usted: ¿qué debo hacer? Sea
usted mi amigo en este momento.
52

EL ABANICO DE LADY WINDERMERE
LORD DARLINGTON.- Entre un hombre y una
mujer no hay amistad posible. Hay amor, odio,
pasión, pero no amistad. Yo la quiero a usted...
LADY WINDERMERE.- (Poniéndose en pie) ¡No, no!
LORD DARLINGTON.- ¡Sí, yo la quiero a usted!
Usted es más para mí que el mundo entero. ¿Qué le
da a usted su marido? ¡Nada! Todo lo que hay en él,
él lo da a esa miserable mujer, que se ha atrevido a
presentar a usted, a traer a su casa, para humillarla a
usted delante de todo el mundo. Yo la ofrezco a
usted mi vida...
LADY WINDERMERE.- ¡Lord Darlington!
LORD DARLINGTON.- Mi vida..., mi vida
entera. Tómela usted; haga con ella lo que se le
antoje... Yo la quiero a usted..., la quiero como no he
querido nunca nada en el mundo. ¡Desde el
momento en que la conocí a usted, la he querido
ciegamente, locamente! Usted se dio cuenta
entonces... Ahora, ya lo sabe usted. Salga usted hoy
mismo de esta casa. Yo no le diré a usted que el
mundo no importa, ni el qué dirán. No; importa
mucho. Importan demasiado. Pero hay momentos
en que es preciso escoger entre vivir la vida propia
de uno plenamente, hondamente, a arrastrar una de
esas existencias falsas, superficiales, degradantes,
53

OSCAR WILDE
que el mundo en su hipocresía exige. Ese momento
se le ha presentado a usted ahora. ¡Elija!
LADY WINDERMERE. - (Apartándose lentamente de
él y mirándole con ojos medrosos.) No me atrevo...
LORD DARLINGTON. - (Siguiéndola.) Sí; es
preciso que usted se atreva... Serán seis meses de
dolor, de desesperación acaso; pero cuando, en vez

Página 28 de 65
 

Paginas:
Grupo de Paginas:       

Compartir:




Diccionario: