El doncel de don Enrique (Mariano Jose de Larra) Libros Clásicos

Página 20 de 298

Ayudábala enfrente de ella a su trabajo y a pasar las horas de la primera noche otra mujer todavía más sencilla en su traje y poco más o menos de su misma edad. Todo lo que la primera le llevaba de ventaja a la segunda en dignidad y riqueza, llevaba la segunda a la primera en gracia y en hermosura. Tez blanca y más suave a la vista que la misma seda estatura ni alta ni pequeña, pie proporcionado a sus dimensiones, garganta disculpa del atrevimiento y fisonomía llena de alma y de expresión. Su cabello brillaba como el ébano; sus ojos, sin ser negros, tenían toda la expresión y fiereza de tales; sus demás facciones, más que por una extraordinaria pulidez, se distinguían por su regularidad y sus proporciones marcadas y eran las que un dibujante llamaría en el día académicas o de estudio. Sus labios algo gruesos daban a su boca cierta expresión amorosa y de voluptuosidad a que nunca pueden pretender los labios delgados y sutiles, y sus sonrisas frecuentes, llenas de encanto y de dulzura, manifestaban que no ignoraba cuánto valor tenían las dos filas de blancos y menudos dientes que en cada una de ellas francamente descubría cierta suave palidez, indicio de que su alma había sentido ya los primeros tiros del pesar y de la tristeza, al paso que hacía resaltar sus vagas sonrisas, interesaba y rendía a todo el que tenía la desgracia de verla una vez para su eterno tormento.
En el otro extremo del salón bordaban un tapiz varias dueñas y doncellas en silencio, muestra del respeto que a su señora tenían. Hablaba ésta con su dama favorita, pero en un tono de voz tal, que hubiera sido muy difícil a las demás personas, que al otro lado de la habitación se hallaban, enlazar y coordinar las pocas palabras sueltas que llegaban a sus oídos enteras de rato en rato cuando la vehemencia en el decir o alguna rápida exclamación hacían subir de punto las entonaciones del diálogo entre las dos establecido.
-Elvira -decía doña María de Albornoz a su camarera-, Elvira, ¡cuánta envidia te tengo!

Página 20 de 298
 

Paginas:
Grupo de Paginas:               

Compartir:




Diccionario: