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Lo que puedes hacer es salir de la nave y conseguir ese dinero. El tiempo se está acabando, y tienes que preparar una función. Quiero que tú y tu caja de trucos mágicos salgáis ahora mismo de mi nave y que me dejéis en paz. Fuera de aquí. Largo.
Los Gemelos salieron de las redes y bajaron por el tramo de peldaños
dando saltitos y haciendo piruetas.
-¿Caja de trucos? exclamó Saskia-. ¿De qué está hablando?
Parecía un poco ofendida. Su hermano le dio unas palmaditas en el brazo.
-Creo que la capitana está un poco nerviosa -dijo . El espectáculo la ha
dejado muy..., muy impresionada, ¿verdad?
Pasó por delante de Tabitha y le sonrió.
-Caja de trucos... -protestó Saskia siguiendo a su hermano.
-Dame eso -dijo Tabitha.
Le quitó el melón que Saskia había empezado a hacer rodar lentamente
desde su hombro hasta su muñeca cuando se disponía a llevarlo en dirección opuesta.
Los Gemelos salieron por la escotilla y saltaron ágilmente al suelo del hangar con los pies por delante.
Tal se posó sobre el hombro de Tabitha con un repentino retumbar de alas.
-Adiós -trinó-. Adiós es la palabra que más cuesta pronunciar, la canción mas difícil de entonar...
-Marco, llévate a este monstruo.
-Tal, ven aquí -dijo Marco haciendo chasquear los dedos-. No puedo creerlo... -añadió mientras el pájaro volaba hacia su hombro-. ¿No vas a venir conmigo? ¿Acaso no sabes lo mucho que me gustas? ¿No sabes lo que significas para mí?
-Estoy empezando a hacerme una idea -replicó Tabitha.
-Oye, oye; Tahitha... Ya se que no soy perfecto, ¿de acuerdo? -dijo Marco-. Soy un artista. Todos somos artistas. Tienes que relajarte un poco... No puedes esperar que seamos como las personas corrientes. Oh, encanto no te estoy diciendo que vaya a resultar fácil, pero...
-Pues yo creo que va a ser facilísimo -dijo Tabitha, y alargó una mano hacia él-. La tarjeta.
Los Gemelos ya habían llegado a las puertas y estaban llamando el
ascensor.
-No. -dijo Marco.
Tabitha se quedó muy inmóvil y le miró boquiabierta.
Marco se quitó el loro del hombro y lo lanzó a través de la escotilla.
-Ve con ellos, Tal. Tenemos que aclarar un pequeño malentendido -dijo
sin apartar los ojos del rostro de Tabitha.