Andrómeda y Perseo (Pedro Calderón de la Barca) Libros Clásicos

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El divino Perseo soy,
que hasta agora discurrí,
embozado, cuantos rumbos
mira el sol -desde el cenit, 1605
en cuya abrasada cuna
nace encendido rubí,
hasta donde, en urna helada
del contrapuesto nadir,
muere, pálido topacio-, 1610
sólo al generoso fin
de satisfacer agravios
de quien se vale de mí.
Vagando, pues, de una en otra
esfera, la voz oí 1615
de Andrómeda bella, a cuyo
llanto me compadecí;
porque su hermosura amé
desde el punto que la vi
con tanto afecto, que yo 1620
puedo con verdad decir
lo de vida y alma, pues
la alma y la vida la di.
A ponerla en libertad
vengo, y lo he de conseguir, 1625
pues ya vencida la culpa
de esa Medusa, a quien di
la muerte...
DEMONIO               ¿Muerta en Medusa
la culpa has dejado?
PERSEO                                  Sí,
que, en llegándola a llorar, 1630
llega la culpa a morir.
DEMONIO Poco importa que a ella venzas
si no me has vencido a mí,
que soy la segunda muerte,
a quien el último fin 1635
le dio el nombre de Fineo.
Embiste, pues, que si a ti
triunfante te vio Ezequiel
en ese caballo, a mí
triunfante también me vio, 1640
no menos fuerte adalid,
Juan en este dragón.
PERSEO                                 Pues,
¿qué aguardas para embestir?
ANDRÓMEDA ¡Cielos, virtud y pecado
batalla se dan por mí! 1645
DEMONIO ¡Vuelve, vuelve a la batalla,
que en esta mística lid
o he de morir o vencer!
PERSEO Yo he de vencer y morir;
pues aun herido de muerte 1650
te he de postrar.
DEMONIO                          ¿Cómo?
PERSEO                                        Así:
enarbolando esta lanza
contra tu vida.
DEMONIO                       ¡Ay de mí,
que a visos de ciento en ciento,
que a rayos de mil en mil, 1655
deslumbrado a tanta luz,
me fuerza el temor a huir!
¡Viento, dadme vuestras alas!
¡Mares, vuestro abismo abrid!   (Vase.)
PERSEO Ya, Andrómeda, libre estás; 1660
que al que te venció, vencí.

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