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UN CANTANTE MUERTO
MICHAE
MOORCOCK
La SF y la música han ido unidas muy amenudo. Kingsley Amis, por ejemplo, es un apasionado del jazz y de la SF. Y el versátil Michael Moorcock, uno de los pilares de la SF inglesa actual, también. En nuestro numero 112 les hablábamos de su novela El tiempo de los Señores Halcones, y del conjunto musical The Deep Fix. Un LP. de dicho conjunto, con el significativo título de The New Worlds Fair, apareció en el mercado discográfico inglés en 1976, con un apreciable éxito. Este relato, en el que utiliza varias de las constantes aparecidas ya en su citada novela, mezclada con elementos de la realidad, Moorcock nos ofrece una visión apasionante y apasionada de la crisis de nuestra sociedad y de todo lo que representa la creación musical fuera de su propio tiempo, a través de un elemento de contraste realmente antológico: la hipotética resurrección del famoso guitarrista de rock Jimi Hendrix.
-No es la velocidad, Jimi-dijo Shakey Mo-, es la H lo que debe preocuparte.
A Jimi le gustó la ocurrencia.
-Bueno-comentó Jimi-, eso nunca me fue muy bien.
-No te perjudicó, al fin y al cabo-rió Shakey Mo. Apenas podía controlar el volante.
La Mercedes, una gran camioneta, tomó otra curva muy mal iluminada. La lluvia caía con fuerza contra el parabrisas. Mo encendió las luces. Tanteó con su mano izquierda en la caja que había en el suelo junto a él, buscó un cartucho y lo introdujo en el estéreo. Los sintetizadores del último álbum de Hawkwind, fuertes, impetuosos en su ritmo, fantásticos, hicieron que Mo se sintiera mucho mejor.
-Esta es la fuente de la energía-dijo Mo.
Jimi se recostó. Asintió, relajado. La música llenó el vehículo.
Shakey Mo siguió contemplando las alucinaciones de la velocidad sobre la carretera. Ejércitos que atravesaban su carnino; nazis bloqueando la carretera; niños en fuga alcanzados por las explosiones; grandes incendios que empezaban de repente; profanadores que aparecían y desaparecían. Le costó mucho controlarse y seguir conduciendo entre todo aquello. Las imágenes eran familiares y no le alucinaban. Estaba contento conduciendo para Jimi. Desde su regreso (o resurrección, como prefería llamarlo Mo) .Timi no había tocado la guitarra ni cantado una sola nota, prefiriendo escuchar la música de otra gente. Estaba tomándose un largo descanso para recuperarse de lo que le había sucedido en Ladbroke Grove.